14 de abril de 2010

El "revuelo" del aguilucho.

Se va a celebrar este año el 35 aniversario de aquel 20 N, en el que una parte de España perdió a su líder, pero no abandonó sus ideas; y otra parte de España, llegó a creer que al fin, tras una más que criticable transición, podría volver a expresar sus ideas de forma libre, dentro de aquello que algunos llamaron democracia. Atónitos ahora, muchos hemos de observar como estas creencias no fueron del todo respetadas.

Durante años, se negaron crímenes, asesinatos, torturas, presos políticos, más torturas, más asesinatos… y lo que es más peligroso, a día de hoy todavía hay quien nos pretende hacer ver que mirar para otro lado es la mejor forma de no abrir heridas, de ser buenos españoles, de olvidar… ¿pero por qué olvidar? ¿por qué tal condena debe ser asumida? ¿qué nos quieren esconder?. Los para ellos buenos españoles, fueron honrados, recordados, conmemorados con plazas, calles, placas… incluso alguno llegaría a ser beatificado. Muchos añoran las estatuas de su líder a caballo, sus aguiluchos oxidados en las calles, su vergonzoso Valle de los Caídos… Y sin embargo, cuando se pide recuerdo para todos, cuando se trata de averiguar donde están los restos de los seres queridos, en que fosa común fue enterrado algún familiar, es entonces cuando somos malos patriotas, antidemocráticos.

Al hablar del franquismo, no se puede andar con rodeos. Durante casi 40 años, España fue gobernada por un dictador, que llegó al poder tras un golpe militar, y que impuso sus ideas a golpe de fusil y tortura (como buen fascista). Durante esos lamentables años de nuestra historia, desaparecieron miles de personas, que nunca fueron encontradas. Fosas y más fosas donde se amontonaron cadáveres de hermanos, padres, vecinas, amigos… No es nuevo revelar que esto es común a otras dictaduras, pasadas y no tan pasadas, y que los “demócratas” han querido condenar y rememorar, ¿por qué entonces se pretende olvidar nuestra historia? ¿por qué les cuesta a algunos/as condenar el franquismo?. Quizás sus ideas estén más presentes en la sociedad de lo que nos hacen ver.

Pero por suerte, hay gente que se empeña en honrar a los olvidados: en tratar de hacer memoria frente a la peligrosa "amnesia histórica" que impregna nuestro país. Han surgido asociaciones que trabajan para buscar lo escondido, que pretenden que recordemos nuestro pasado con el fin de cerrar heridas (no para abrirlas como algunos dicen). Heridas profundas aún abiertas en las memorias, en los recuerdos, en los corazones.

Pero parecemos volver al pasado, y los falangistas y los nostálgicos del Franquismo, se niegan a que se sepa la verdad, no quieren cerrar tales heridas, porque quizás así, dejen de ser los grandes vencedores. Los defensores de la dictadura, nos quieren dar clases de democracia. Y lo que es más peligroso, algunos les dan alas, y con ello, están dando alas a su aguilucho. ¿Democracia o vergüenza?

Salud.